Dedicado a nuestros pacientes mayores, especialmente los afectados por COVID y al equipo de la plata 3ª izquierda, que con su valentía y dedicación dejan el nombre del hospital en lo más alto.
Dicen que el mundo ha cambiado, yo creo que no. Creo que ahora mismo está aflorando el verdadero mundo. La soberbia humana ha quedado sometida a un enemigo que no es visible ni con un microscopio convencional. Está ahí, no podemos verlo pero está ahí. Besos, abrazos, caricias, todo ello ha quedado en el olvido, unas veces por miedo a contagiar y otras por miedo a ser contagiados. Esto nos ha hecho despertar y darnos cuenta de lo importante que es sentirnos cerca y demostrarnos afecto.
Nos sentimos aislados, pero a la vez estamos más cerca que nunca porque compartimos una misma misión, acabar con el enemigo común, el COVID. Somos sanitarios y nos sentimos orgullosos de ello. Decimos con la cabeza bien alta donde trabajamos y a que nos dedicamos, ahora nosotros somos los héroes. Estamos en la vanguardia y la gente pone en nosotros todas sus esperanzas.
En estos tiempos miramos de forma diferente a nuestros mayores cuando antes ni nos dábamos cuenta que estaban ahí. Un día todo se detuvo. Se acabó el fútbol, el cine, el teatro, los bares y restaurantes, los conciertos, los paseos, el running, las escapadas de fin de semana, los viajes a la montaña y a la playa… se hunde la economía, pero todo daba igual… hay algo que ha cobrado un valor añadido, la salud y el equipo. Ahí estamos médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, terapeutas, logopedas, trabajadores sociales y el resto de personal sanitario manteniendo nuestro pequeño gran hospital, donde todos los días vamos a luchar contra algo que sabemos que aunque es mucho más pequeño es mucho más fuerte que nosotros. Tenemos pocas armas pero mucha valentía, y eso nos hará vencer.
Todo esto nos está dando una gran lección, la humanidad lo necesitaba, nosotros mismos lo necesitábamos, teníamos que bajar de ese pedestal que nos hacía pensar que éramos invencibles, que nada podría parar nuestro ritmo de vida. Hemos despertado de ese letargo.
De esta saldremos juntos, este virus nos hará mejores y más fuertes, le daremos más importancia a lo que realmente la tiene, querremos más a nuestros mayores, los cuidaremos más y valoraremos de otra forma un abrazo o un apretón de manos.
Dr. José Luis Bonafonte Marteles