EQUIPO DEL SERVICIO DE HEMODIÁLISIS:
“Parece claro que la epidemia del coronavirus ha cambiado nuestra vida y nuestra forma de trabajar. Hemos extremado las medidas de precaución y no nos podemos tocar. Llevamos guantes, mascarilla, gafas de protección y cuando nos acercamos a un paciente con la enfermedad nos ponemos hasta una pantalla protectora, como si fuéramos a soldar una barrera de separación para que el virus no nos pueda alcanzar. Ya no nos ven sonreír, les cuesta entendernos cuando les hablamos con la mascarilla y ese saludo cercano o ese apretón de manos ahora no se produce. Parece que estamos más lejos de nuestros pacientes, separados por una barrera invisible. Pero las cosas no siempre son lo que parecen, porque nunca hemos estado tan cerca.
Hemos dedicado muchas horas a organizar nuestro servicio para evitar el contagio y para tratar lo mejor posible a los contagiados. Nos hemos puesto al día sobre esta nueva enfermedad, hemos revisado todos nuestros protocolos y los hemos adaptado a la nueva situación. Estar alerta sobre cualquier síntoma o signo de enfermedad se ha convertido en tarea de todo el personal. Hemos dado a nuestros pacientes información por escrito sobre las precauciones que tienen que tomar y hasta de la actividad física que pueden realizar en casa. Hablamos con ellos cada día para tranquilizarlos e intentamos ser rigurosos en todas nuestras acciones para que se sientan seguros cuando vienen a hemodiálisis. La comunicación con las familias está abierta como siempre durante todo el día y llamar a nuestros pacientes a sus domicilios para preguntar sobre su estado de salud, se ha convertido ya en una tarea más.
Sabemos cómo se sienten frente a esta nueva enfermedad porque nosotros sentimos el mismo miedo e incertidumbre que ellos, sabemos lo que es sentir que corres un riesgo al salir de casa e ir a un hospital, porque nosotros lo sentimos igual. Sabemos más de ellos, pensamos más en ellos, estamos más cerca de ellos. Hacemos nuestro trabajo lo mejor posible, porque es lo mejor que podemos hacer para todos”.
Dra. Mercedes García Mena y el equipo de la Unidad de Hemodiálisis del Hospital San Juan de Dios de Zaragoza