El I Congreso de Solidaridad de San Juan de Dios ha propuesto un nuevo modelo de solidaridad para que se haga extensiva la atención a los nuevos colectivos en riesgo de exclusión y para que se profundice en la implicación de las personas atendidas en sus procesos de recuperación. Más de 600 profesionales, voluntarios, usuarios, colaboradores y Hermanos se han encontrado junto a expertos externos a la institución para definir las estrategias que debe seguir San Juan de Dios en el ámbito de la solidaridad. El trabajo en red con otras entidades como Oxfam Intermón, Cáritas, Médicos sin Fronteras o Amics de la Gent Gran ha permitido extraer conclusiones extrapolables a todo el sector.
Del 17 al 19 de noviembre Fira de Barcelona ha sido el escenario de un intenso debate que ha permitido aflorar reflexiones clave como:
* La desigualdad social genera desigualdades de oportunidades, en tanto que, por ejemplo, no podemos pretender que una persona que no tiene un plato en la mesa afronte con tranquilidad una entrevista de trabajo.
* La salud no es sólo una cuestión biológica sino también una cuestión social, como lo demuestra la diferencia de la esperanza de vida entre los barrios de una misma ciudad.
* El derecho a una vivienda digna y asequible no permite poner condicionantes. Todo el mundo, independientemente de su origen o clase, merece un lugar donde vivir.
* La participación de los usuarios debe estar en el centro de la atención. Hay que abandonar el paternalismo y facilitar que las personas atendidas tengan capacidad de decidir sobre sus vidas: Nada sobre nosotros sin nosotros.
Ante estas realidades, San Juan de Dios se reafirma en el deber de cuidar al otro, una apuesta irrenunciable que ha estado en la esencia de la institución desde su fundación en el siglo XVI. «Necesitamos la solidaridad y la Hospitalidad para conseguir una sociedad más madura y justa», concluyó el Hno. José Luis Fonseca, Superior Provincial. «La Provincia está llena de retos que hay que vivir con pasión; el desafío más grande es actualizar nuestra misión para responder a las necesidades de hoy y tener el corazón abierto para afrontarlos», añadió.
En esta línea, la doctora en filosofía por la Universidad de Barcelona y asesora de la Orden en el ámbito de la solidaridad, Begoña Román, afirmaba en la conferencia inaugural del Congreso que «la solidaridad no es confortable en una sociedad injusta, pero no nos podemos desmoralizar, hay que estar al lado del otro», una llamada a no acomodarse y abrir los ojos a las nuevas situaciones de vulnerabilidad que genera el sistema, tales como las personas refugiadas, las familias desahuciadas o los trabajadores pobres. «No hay solidaridad institucional, si no hay solidaridad personal; el compromiso no puede ser eventual ni a ratos, y debe transformar las causas», añadió.